OPINIÓN: Presidente cueste lo que cueste; Jefe o gusano.
A juzgar por los hechos y acontecimientos ocurridos en los últimos meses, todo parece indicar que el expresidente y precandidato a la misma posición por el Partido de la Liberación Dominicana PLD, Dr. Leonel Fernández, no tiene en el disco duro de su cabeza, ningún carácter que permita descodificar la más mínima posibilidad de que no pueda ser el próximo presidente de la República a partir del 2020.
Fernández quien es además Presidente del PLD, ha venido sustentando una campaña con miras a resultar escogido como candidato a la presidencia hacia las elecciones del próximo año, con la casi seguridad de que no habría absolutamente nadie, que le pueda arrebatar el triunfo.
Empezó a hacer una serie de reclamos y a poner condiciones al organismo electoral, como el que quiere asegurarse contra cualquier posible eventualidad que pudiera ocurrir, como el que escupe para arriba y que por lógica espera que la saliva le retorne en la cara.
Llegó el momento de las primarias dentro de saltos y traspiés, agudizándose la situación a raíz de los resultados hasta ahora conocidos a través del procedimiento utilizado por la JCE, que fue la modalidad del voto electrónico.
Para saber si son razonables o no sus reclamos, hay que esperar los resultados de una serie de situaciones que se han planteado, incluyendo la inesperada acción de demandar a su propio Partido, a la JCE y al precandidato contrincante Lic. Gonzalo Castillo, previo a rechazar recursos que él propiamente había requerido.
A esto hay que agregar la protesta pública llevada a cabo por sus seguidores frente a la Junta Central Electoral en Santo Domingo y un reciente llamado a una segunda comparecencia en el mismo lugar para el próximo lunes en horas de la mañana, cosa que ha sido criticada por muchos, dados los riesgos a que se exponen las personas que asisten a dicha actividad como las que transitan en otros asuntos de la vida normal por los alrededores.
Lo cierto es que se ha visto a un Leonel Fernández, que parece no estar actuando por motus propio, sino como el que actúa influenciado de fuerzas extrañas, al cual no le importa en lo más mínimo lo que pudiera ocurrir, amén de lograr su objetivo.
Pudiera quedarle todo bien o por lo menos aceptable, si lograra demostrar que todo lo hecho habría sido para imponer la razón, mas sin embargo, si las cosas no resultaran como él y sus seguidores lo esperan, entonces podrían quedar ante la colectividad, como un grupo que no tuvo reflexión ni consideración de nadie, en busca de algo de lo que no habrían tenido razón.
De todas maneras y cual sea la salida de esta situación, habrá cambios estructurales dentro del Partido de la Liberación Dominicana PLD. Esperemos
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