Titulares

OPINIÓN: Por qué se habla tan bién del Cibao y tan mal, de las demás regiones?.

Por Félix Betances.
Varias son las razones que pudieran esgrimirse como elementos significativos de por qué, existe una expresión que a todas luces se hizo popular y se ha mantenido a través de los años: “El Cibao es el Cibao y el Sur es la cenicienta”.

Con razonamientos simples tan simples, que puedan ser entendidos por todos indistintamente, repetir lo que muchos ya han dicho: 1).- “Que la civilización a la Isla, entró por el Norte -Noroeste”, por donde entraron los primeros cerebros con conocimientos e ideas de desarrollo e instrumentos agrícolas de trabajos colectivos.

2) “Que la parte norte del país, está dotada de condiciones especiales, llámese las más grandes extensiones de terrenos fértiles (Valle de la Vega Real) entre otros y con abundantes fuentes acuíferas, que le han permitido tener un gran desarrollo agrícola e industrial”.

3).- “Que el crecimiento y desarrollo económico de esa importante parte del país, permitió que la mayoría de los gobernantes dominicanos hayan procedido de esa prospera región, resultando por tanto, beneficiaria de las grandes inversiones públicas sociales del Estado Dominicano”.

4).- “Que por otro lado, haya quienes groseramente, se hayan atrevido a asegurar que, por otras regiones no haber gozado de esos privilegios que bien se puede decir proveyó el destino a esa zona,  éstas no hayan podido salir de extrema pobreza y del atraso, es algo que irrita hasta al más paciente de los seres humanos”.

Las cosas de acuerdo a las circunstancias y en determinados momentos, pueden ser razonables o no, pero si se analizan con detenimiento, con lógica y con justicia, entonces podríamos encontrar las respuestas que quizás a muchos no les interesa que ni siquiera se toquen.

 En consecuencia, de algo sí podemos estar seguros y es de que las regiones que no son el Cibao, han sido relegadas a un segundo o tercer plano por quienes nos han gobernado a través de la historia, actuando con total irresponsabilidad y olvidándose de que somos iguales en importancia, tratándose de la igualdad de derechos que consagra la Constitución de la República.

Ahora bien, hay una condición que hay que reconocerles a la gente del Cibao y de la que lamentablemente carecemos las demás regiones y es ese espíritu de solidaridad, cooperación y apoyo mutuo, que se manifiesta cada vez que algo les afecta o les hace falta.  El cibaeño se apoya sin reservas y sin tomar en cuenta otra cosa que no sea la solución de cuál sea la problemática planteada.

Contrario a eso, en nuestras regiones, carecemos de ese espíritu de correspondencia, dejándonos esto en una posición de mezquindad, que siempre crea una insalvable barrera que impide que los problemas se puedan resolver con facilidad; nadie quiere asumir ningún tipo de sacrificios.

Cuando en el Cibao se presenta algún problema, se unen funcionarios, comerciantes, políticos, legisladores y el pueblo llano, formando un solo bloque con destino a la solución.

Sin embargo, en nuestra región principalmente, da vergüenza ver en el atraso en que vivimos y saber que muchos de los problemas que tenemos, pueden corregirse con el solo hecho de la buena voluntad, de la que adolecemos.

Aquí cada quien anda por su lado, todo parece indicar que a nadie le preocupa el bienestar colectivo y es por eso que hay que aunque no sea nada agradable, escuchar decir que es tan bueno el Cibao y tan desafortunado el resto del país.

El mayor desarrollo del Cibao ha estado en la mentalidad abierta de sus hombres y mujeres, contrario a lo que ha sucedido en nuestras regiones, principalmente en nuestro paupérrimo Sur. 

¿Aprenderemos alguna vez a unirnos, a caminar juntos y a ser desprendidos, para lograr salir o por lo menos aliviar nuestra oprobiosa pobreza?