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OPINIÓN: El presupuesto de salud pública para 2019

La Asociación Dominicana para la Defensa de la Salud (Adesa), registra que el presupuesto del Ministerio de Salud Pública para 2019, será igual o inferior al de 2018. Simultáneamente, se anuncia la intención del gobierno de aplicar la atención primaria. La pregunta del millón sería cómo lo harán, y si es así por qué no lo hicieron ahora en 2018. La respuesta es obvia, el gobierno pretende ganar tiempo en el cumplimiento del objetivo programático de la Constitución para el sector salud sin siquiera diseñar un plan creíble.

David la Hoz, abogado y catedrático universitario.

De ello se ha dado cuenta no solo Adesa, también lo han notado organizaciones de consumidores como Onpeco, Acacdisna y Adeproco que, entre otras organizaciones de usuarios y consumidores del sector, han presentado demandas en justicia contra las administradoras de riesgos de salud (ARS), por ser estas administradoras de dinero ajeno, quienes mantienen en crisis la salubridad pública y privada del país. Al mismo tiempo, Adesa, con toda razón, exige del gobierno el cinco (5%) ciento del presupuesto que por ley corresponde al sector salud, cuando el gobierno no ha llegado en 2018, siquiera a otorgar un dos por ciento. Lo que implica que en 2019, la salud estará en mayor precariedad presupuestaria que en 2018. Es decir morirán más niños, más parturientas y más enfermos en general que en 2018. Es por ello, que no se entiende el plan de atención primaria.

A su vez, el Colegio Médico Dominicano (CMD) está en aprestos para impedir que la denominada atención primaria, inicie solo bajo la modalidad del sistema contributivo. En razón de que, opinan, que eso no sería más que el nuevo zarpazo de las ARS contra los médicos, por tanto, el CMD es de la opinión de que la anunciada atención primaria, no es más que una nueva concepción en su perjuicio de la Silsaril y el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), en beneficio de las ARS.

Por otra parte, la Asociación de farmacias insiste en que es cierto aquello de que un diez por ciento de sus beneficios va a parar a las arcas de las ARS y se opone a que se continúe esa para práctica, para lo cual, amenaza con ir a la justicia.

Por último, Andeclip, es decir la entidad que agrupa a las clínicas y hospitales privados coincide en que la atención primara en la forma en que pretende ser puesta en marcha, le perjudica.

Como podrá observarse, en las posiciones encontradas de los diferentes componentes del sector salud, no se observa un órgano rector sino grupos públicos y privados que actúan con base al concepto de desregulación que presentó Francis Fukuyama hacia 1992 como la panacea neoliberal que cambiaría al mundo. Sin embargo, ese mismo autor, ahora en 2018, dice que sus planteamientos desreguladores fueron una equivocación que no ha hecho sino concentrar riquezas y empobrecer a la gente, clama ahora por una firme regulación estatal de los servicios y de los derechos ciudadanos que el Estado siempre ha estado en el deber de garantizar a la gente común.

Es decir, la posición de Adesa, Onpeco, Acacdisna y Adeproco, es ahora respaldada por Fukuyama. De modo que el empujón ideológico de un intelectual orgánico, que faltaba a los usuarios del sector salud, se ve ahora representado en la figura del Norteamericano diseñador de estrategias sistémicas más exitosos luego de la caída del muro de Berlín en 1989.

De manera que el gobierno haría bien en replantear el presupuesto para salud de 2019, para ello tiene un escenario nacional e internacional que lo invita a actuar con responsabilidad y teniendo en su mira la constitucionalidad del derecho a una salud digna en contraposición con la voracidad de un capital parasitario que desea que los fondos de los consumidores del sector salud vayan a parar a manos de la banca cuando se ha comprobado ya que ese camino es equivocado, tal y como lo muestran los modelos chilenos, salvadoreño y el colombiano, entre otros.

La atención primaria no puede desacreditarse, ni puede estar enfocada a desmembrar el sector privado, es a la inversa, el sector público ha de colocarse en un plano donde compita con el sector privado en servicio, pero jamás destruir el sector privado integrado por profesionales liberales y capitales medios con el objeto de poner la banca al servicio de intermediarias de riesgos de salud que no apartan nada, y que el único consenso conocido de los diferentes sectores, es que se propugna por la desaparición de estas por haber empobrecido a los médicos y a las clínicas sin ofertar nada a los usuarios, al revés: el servicio de salud de carácter universal ha desaparecido y ha sido sustituido por un modelo rentista inoperante.

Si la atención primaria inicia por el régimen contributivo, ¿qué pasará con el régimen subsidiado? Sobre todo con un ministerio de salud en condiciones de precariedad presupuestal, probablemente, más médicos se pondrán locos ante la impotencia de no poder ofertar servicios de calidad a quienes lo requieran. Al tiempo que andeclip desaparecerá. Y continúa sin respuesta la pregunta de cuál es el modelo de atención primaria que se implementará, pues hasta ahora el presupuesto de 2019 solo refleja su carencia. DLH-11/11/2018

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