Una araña mortal acecha a los migrantes en el desierto

MEXICO – Es tan pequeña que en promedio mide la mitad del tamaño de una uña con todo y sus largas patas que la hacen ver desproporcionada y más bien fea que peligrosa. Pero lo es. La araña del género luxoceles o mejor conocida como “Araña Violinista” es una de los cinco tipo más venenosos del mundo y acecha en el desierto y otros climas de la frontera.

“Regularmente ella no ataca, sino que responde a amenazas”, describe en entrevista con este diario María Luisa Jiménez, científica especializada en arácnidos del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste. “Ellas hacen una pequeña telaraña y ahí se resguardan sin moverse mucho: los accidentes se dan cuando la gente las toca”.

En el caso de los migrantes, ellos se recuestan en troncos, piedras o matorrales del desierto o entre los bosques y recovecos de los descampados y ahí los sorprende. La víctima regularmente sólo responde  con un zapatazo. Ni siquiera observa la diminuta mancha en forma de violín que el bicho lleva tatuado por genética en la espalda y que es la causa del sobrenombre: mucho menos piensa en la importancia de llevarse con sigo a la patona aplastada que podría salvarle la vida.

“Si la persona llega al hospital y dice que la atacó una araña es muy importante que los médicos sepan el tipo de araña que fue”, alerta Jiménez.

Si no se atiende la mordedura rápidamente los síntomas pueden ir de mal en peor. De la inflamación a la comezón y el dolor progresivo; de los escalofríos a las nauseas, el vómito y el dolor muscular a la muerte.

De ello dan cuenta 30 fallecimientos reportados en los  servicios de salud estatales del país, de acuerdo con una compilación de  la prensa local. La cifra esconde el dato negro de los migrantes que cruzan hacia Estados Unidos y sus diversos tipos de fallecimientos.

Armando Acevedo, director de servicios de salud en Puebla, uno de los estados que  junto con la frontera norte concentra el mayor número de mordeduras de Araña Violinista, calcula que de cada 10 casos, dos son mortales.


Las recomendaciones que hacen los expertos en el tema en caso de ser víctima de una de las cuatro variedades de luxoceles que hay en el país (deserta, boneti, arizona o reclusa) es lavar la parte afectada, no intentar succionar el veneno, no tomar alcohol, no hacer torniquetes ni incisiones y acudir a un hospital lo antes posible.

Hasta hace poco no existía abastecimiento del antídoto  en todos los centros de salud  del país, según reportes de familiares de víctimas como ocurrió en abril pasado en La Paz, Baja California Sur, donde murió un estudiante de arquitectura tras ser mordido en una nalga por el arácnido.

“El medicamento es caro, pero actualmente ya se produce en el país por la empresa Bioclón y se llama Reclusmin”, afirma la científica Jiménez.