Impuestos para todos, según su capacidad
ADRIANO MIGUEL TEJADA
Cada día me convenzo más de que todos debemos pagar impuestos directos para que nos sintamos responsables de lo que nos pasa.
No es lo mismo que te cobren impuestos a través del consumo, a que te arranquen del cheque un porcentaje, así sea mínimo, para suplir de recursos al Estado.
La primera forma duele poco, porque está cubierta con el bien que recibes. La segunda duele mucho, porque no ves los resultados inmediatamente.
Por eso he sido siempre partidario de que todo el mundo pague, no importa sus ingresos, aunque sea un peso de impuestos. Para lograr cierta justicia existen las escalas que se fijan de acuerdo con los ingresos. El que gana menos, paga menos. El que gana más, paga más.
Si así fuera, seríamos menos tolerantes con todas las vagabunderías que hacen los políticos desde las posiciones del Estado. Si pagáramos impuesto a la propiedad, protestaríamos si nuestras calles no son arregladas, y si cogen ese dinero para nominillas y otras lindezas.
Si pagáramos un impuesto escolar, apuesto a que estaríamos vigilantes para que la escuela que financiamos funcione mejor y lo mismo la universidad estatal.
Si todos pagáramos un impuesto a la salud, de seguro que el sistema sería más eficiente y así sucesivamente.
La realidad es que lo que creemos que no nos cuesta, no vale la pena preocuparse por ello.
Por eso, los gobiernos y los políticos todos quieren que sigamos anestesiados para que no nos duela lo que hacen con nuestro dinero y nuestras esperanzas.
No hay nadie tan pobre que no pueda pagar impuestos. Si cada persona es un voto, que lo pague para que le duela.
atejada@diariolibre.com
Cada día me convenzo más de que todos debemos pagar impuestos directos para que nos sintamos responsables de lo que nos pasa.No es lo mismo que te cobren impuestos a través del consumo, a que te arranquen del cheque un porcentaje, así sea mínimo, para suplir de recursos al Estado.
La primera forma duele poco, porque está cubierta con el bien que recibes. La segunda duele mucho, porque no ves los resultados inmediatamente.
Por eso he sido siempre partidario de que todo el mundo pague, no importa sus ingresos, aunque sea un peso de impuestos. Para lograr cierta justicia existen las escalas que se fijan de acuerdo con los ingresos. El que gana menos, paga menos. El que gana más, paga más.
Si así fuera, seríamos menos tolerantes con todas las vagabunderías que hacen los políticos desde las posiciones del Estado. Si pagáramos impuesto a la propiedad, protestaríamos si nuestras calles no son arregladas, y si cogen ese dinero para nominillas y otras lindezas.
Si pagáramos un impuesto escolar, apuesto a que estaríamos vigilantes para que la escuela que financiamos funcione mejor y lo mismo la universidad estatal.
Si todos pagáramos un impuesto a la salud, de seguro que el sistema sería más eficiente y así sucesivamente.
La realidad es que lo que creemos que no nos cuesta, no vale la pena preocuparse por ello.
Por eso, los gobiernos y los políticos todos quieren que sigamos anestesiados para que no nos duela lo que hacen con nuestro dinero y nuestras esperanzas.
No hay nadie tan pobre que no pueda pagar impuestos. Si cada persona es un voto, que lo pague para que le duela.
atejada@diariolibre.com
