Mi padre ha muerto, pero vivirá por siempre
Por Praede Olivero Féliz
Sabía que en cualquier momento nos sorprendería, su
operación del corazón fue un preaviso, que enfrentamos con espiritu cristiano,
mucho amor y valentía, en el hospital de cardiología de Los Rios, con extrema
solidaridad de familiares, el cuerpo médico, las enfermeras, empleados y amigos.
También he comprobado que el promedio de vida de Los Olivero
son 80 años como regla y algunos se han aproximado a los 100, lógicamente,
algunos han muerto antes.
Estamos llenos de dolor, pero tanquilos, su vida fue fructífera
en esta tierra, un ejemplo de trabajo, seriedad y alegría que lo preparó para
su encuentro con el creador.
Mi testimonio es su vida, mi vida, soy su hijo, intenté ser
su padre, protegiéndolo, acompañándolo, llevándolo a vivir conmigo para tenerlo
siempre cerca, pero la vida es así, se fue a su cita médica, vine de la capital
y lo dejé con vida, se levantó para ir al médico y se derrumbó junto a la
guagua de la UASD, que abordaba junto a gente que lo quería mucho.
Lo llevaron al hospital Engombe, el mismo que lo recibió
cuando le dio el infarto que motivó la operación, allí murió, cerca de mi casa
de Santo Domingo y de la casa de mi hermano Abraham.
Estará con nosotros físicamente por última vez en la casa
que construyó cuando llegó de Polo en el
1966 y le remodelé a mamá, en la calle Roberto Soler No. 12, Camboya, donde sus restos serán velados hasta las 6:00 de la tarde a partir de esta hora estaremos en la funeraria el Ángel, mañana iremos
a la iglesia a las 9:00 de la mañana y a las 10:00 le daremos cristiana
sepultura el cementerio nuevo.
Gracias a todos por el apoyo y por la solidaridad, gracias
Dios mío por darme esta raíz, este tronco, este ejemplo que me sostiene, que
sostiene la familia y nos permitirá seguir adelante, ya que Abraham Olivero
Medrano seguirá viviendo en nuestros corazones.
Papá, descansa en paz.