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Arrestan pareja dominicana por muerte de adictos en Boston

NUEVA YORK.- El narco dominicano Miguel Castillo Moya ignoraba que una de sus clientas adictas había muerto por una sobredosis y cuando menos lo esperaba recibió un mensaje de texto en su teléfono desde el celular del occiso, en el que se le pedía “cuatro marrones y tres blancos”, una clave que se refiere a drogas como heroína (marrón) y cocaína (blanca).

Castillo Moya tomó el mensaje y aseguró la venta, pero no se imaginaba que la llamada fue hecha por una detective encubierta que se hizo pasar por la difunta adicta.

Cuando se dio cuenta, trató de huir y comenzó a gritar improperios.

La fiscalía dice que Castillo Moya es uno de los narcotraficantes en Beverly, 26 millas de Boston, que están en la mira por vender heroína letal que ha matado a numerosos adictos de sobredosis. Fue arrestado junto a la dominicana Isabel Ortega, de 50 años, quien vendía drogas con él.

En el texto, la policía decía a Castillo Moya que ella quería más drogas. La muerta residía en el 32 de la calle Broadway, desde donde se marcó el número del acusado.

El dominicano de 26 años de edad y residente en Lawrence, fue dejado preso y se le impuso una fianza de $100.000 dólares en efectivo y enfrenta cargos de narcotráfico de posesión y heroína para distribuirlas y manejar un vehículo con licencia suspendida, además de resistirse al arresto.

Estaba en libertad bajo fianza por un caso similar en Peabody, que le fue revocada.

La fiscalía dijo que la adicta pereció la semana pasada. Castillo Moya, se fracturó un brazo, cuando trató de escapar de la policía, saltando por encima de una barandilla.

De comprobársele que vendió la heroína a la adicta que murió, enfrentaría un cargo adicional por homicidio.

Castillo Moya, fue detenido junto a la dominicana Isabel Ortega de 50 años de edad, quien estaba en el carro del narco y es acusada de posesión de heroína y cocaína con intención de vender las drogas.

Ella le dio un nombre falso a la policía y se le impuso una fianza también de $100.000 dólares en efectivo.

La investigación a Castillo Moya, comenzó cuando los investigadores hallaron un mensaje de texto en el móvil de la adicta muerta, dirigido al número del acusado.

El mensaje procedía de “Manuel Crescencio”, nombre falso usado por Castillo Moya, el 6 de marzo y fue el último contacto que la occisa tuvo antes de morir de la sobredosis.

Ortega, quien dijo que se llamaba “Migdalia García” y tenía una orden de arresto, se estaba tragando bolsas de heroína y cocaína en el vehículo cuando la policía la detuvo.

También tenía tarjeta de Servicios Sociales con su foto y el nombre de “Fladis Pepín Reynoso” y otro como “María Sánchez”, era utilizado por ella para evadir la persecución.

Por Miguel Cruz Tejada